miércoles, 11 de enero de 2012

Un sueño adolescente: capitulo 4: Que difícil es el amor...


Lucia avanzaba lentamente por la calle, hacia frio por lo que iba abrigada con el chaquetón y un gorro de lana, en la mano sujetaba un café caliente recién comprado, iba al instituto, para ella ese instituto era un paraíso, ella siempre había sido como el bicho raro, pero en ese instituto todos eran igual que ella, todos estaban locos y hacían tonterías, sentía que esas cuatro paredes eran como su casa. Estaba escuchando en su iPod la canción “no air” de Jordin Sparks junto Chris Brown, esa canción le encantaba, ella era una muchacha llena de miedos e inseguridades en el tema del amor. Muchas veces Robert era un misterio para ella, o le amaba con locura o le odiaba, no entendía nada. Mientras sonaba el estribillo pequeñas lágrimas brotaron de manera involuntaria, buscando libertad. Estaba recordando la discusión de anoche, ahora mismo estaban peleados y todo por una tontería…
-¿Mañana quieres que te recoja a la salida y vamos a comer juntos?- Le pregunto Robert mientras le abrazaba y le miraba fijamente a los ojos.
-No puedo cariño, he quedado con Diana para comer, me va a enseñar un texto que va a presentar a un concurso de promesas literarias
-¿Ahora que pasa que te preocupa más Diana que yo?
-Pero Robert ella quiere que le de consejos y le corrija ya que yo quede segunda el año pasado, por favor quedamos pasado mañana
-No sé, creo que he quedado para comer- Dijo con ironía mientras salía por la puerta dando un portazo
Lucia intento seguirle pero cuando se asomó a la puerta ya no estaba. Intento llamarle varias veces, pero no le cogió ninguna, tras muchos intentos el móvil no daba señal. Había apagado el móvil… Lucia no supo cómo tomarse eso…
Cada vez las lágrimas fueron a más. La canción acabo y las lágrimas con ella. Había llegado a su destino. Se encontró con su compañero de pupitre cerca de la puerta de entrada, avanzo con seguridad y se olvidó de la discusión de  anoche.
El despertador sonó a toda potencia, Max dio un salto y se golpeó con la litera. En casos como ese se arrepentía de tener una litara cuando solo dormía uno en el cuarto. Busco rápidamente el despertador y lo apago, miro la hora, las ocho y cuarto.
-Mierda- Exclamo
Se levantó sin dudarlo y se vistió a toda velocidad, cogió el móvil, el iPod y la cartera, se puso el chaquetón y se fue en la moto sin despedirse si quiera. Llego al instituto diez minutos tardes, pero por suerte no le regañaron.
Era clase de matemáticas, odiaba las matemáticas, era la asignatura que se le daba peor. Saco a escondidas del profesor el móvil y vio que tenía un nuevo mensaje en el chat Whatss app. Por poco suelta un grito cuando leyó el mensaje:
Alex: Hey, que te parece la semana que viene para la piarda y así me podre vengar del golpe del otro día en la heladería. Pd: mira para atrás.
Max se giró y vio como Alex le guiñaba un ojo desde la última fila. Volvió a girarse y le contesto por el móvil.
Max: me parece, ya me dices el día exacto, lo del golpe no te creas que te vas a vengar tan fácilmente, que te estaré vigilando
Alex: venga va vigílame todo lo que quieras pero sabes que me vengare. Luego hablamos que el profesor este esta paranoico y creo que está sospechando.
Las clases acabaron, Lucia salió y se quedó esperando en la puerta, a los cinco minutos se apareció Diana.
-Hola guapa ¿a donde quieres ir a comer?- Le pregunto Diana con esa vocecilla que es capaz de sacar una sonrisa a la persona más triste del mundo.
- Se me ha antojado chino
-Pues rumbo al chino
Diana agarro de la mano a Lucia y obligándole le llevo hasta la otra parte de la ciudad
-Diana estoy cansada, podemos descansar
-No, está aquí mismo
Entraron al chino y comieron, Diana escucho atentamente lo que había pasado la noche anterior.
-Me siento culpable, deberías haber quedado con el
-No, estaba deseando quedar contigo para comer, enséñame eso a que esperas, estoy impaciente por leerlo.
Cada palabra que leía Lucia sonreía, al terminar de leer aquel manuscrito, dejo el papel sobre la mesa se levantó y le dio un abrazo a Diana, esta fantástico, llegaras lejos cariño. Seguro que ganas.
El resto de la tarde la pasaron juntos, se fueron pronto a sus casas porque al día siguiente había instituto y Diana tenía que estudiar para un examen de Historia.
Mientras en la otra punta de la ciudad, Max había quedado con Caro, los dos estaban en el parque, realmente parecían una pareja. Hablaban sobre Edu y Alex.
-Edu no viene más hasta dentro de dos semanas- Dijo con un tono de añoranza- Le hecho mucho de menos
-Es normal, siempre pasa lo mismo, estáis juntos, todos los días pegados, besándoos… y a los tres días, desaparece y no da señales de vida. Normal que estés triste, pero no te preocupes, estás conmigo, debería bastarte con eso- Dijo Max mientras se reía y le sacaba una sonrisa a Caro- De verdad no sé lo que haría sin ti.
La abrazo fuertemente y le dio un beso en la mejilla.
Yo tampoco sé lo que haría sin ti- fue su respuesta al abrazo
El resto de la tarde lo pasaron abrazados contándose todas las novedades de sus respectivos novios y amores secretos.
Mientras Luna estaba apoyada en su cuarto de baño, había restos de sangre por el suelo, ella estaba de rodillas, con la cabeza metida en el váter, vomitaba. Sus padres no estaban por lo que no tuvo que esconderse.
John decidió hacerle una visita inesperada, pego a la puerta pero al ver que nadie abría, busco la llave en la maceta donde Luna siempre la dejaba para cuando se dejara las llaves dentro, sabía que Luna estaba en casa, sabía que estaba sola, el motivo de la visita era el temor a que se estuviera autolesionando.
Abrió lentamente la puerta, avanzo por el pasillo y llego al cuarto de baño, le agarro el pelo a Luna mientras vomitaba. Le ayudo a incorporarse y la tumbo en la cama, le curo las heridas y la miro con una mirada de desaprobación.
-No, Luna por favor para ya, Sabes que nos preocupamos por ti, sobre todo Max...
-Lo sé, pero me he peleado con Marcos  y no he podido evitarlo.
-¿Qué ha pasado ahora?
-Lo de siempre, que se fija en otras tías que están buenas y me pongo muy celoso
-Eso es lo normal, todas las personas podemos querer a una persona pero eso no significa que dejemos de ver a otras como atractivas y sentir cierta atracción hacia esas.
- Te equivocas, tú no puedes hablar en el tema, nunca has estado enamorado ni con nadie…- Sabia que se había pasado pero estaba cansada, no quería discutir y quería que se fuera para recapacitar e intentar arreglarlo con Marcos.
-Como tú veas. Voy a recoger esto y me marcho.
John recogió todo y fue a despedirse, vio que Luna se había quedado dormida y se fue sin decir nada.
En cuanto sonó la puerta Luna cogió el móvil y le mando un mensaje a Marcos.
“No me llames hasta el fin de semana, no sé ni siquiera si querré quedar contigo esta semana. Ya hablamos”
No llego ninguna respuesta, pero Luna sabia de sobra que lo había leído, se durmió y no se despertó ni para cenar.
Estaba anocheciendo, Helen estaba apoyada en la pared del restaurante fumándose el último cigarro del paquete. Expulsaba el humo lentamente intentando hacer círculos para entretenerse un poco. De pronto sintió como alguien le daba un beso en la mejilla. Helen cogió y le giro la cabeza para que se lo diera en la boca. Era Luis, su novio, esa noche hacían cinco meses juntos. Entraron al restaurante de la mano cada uno con una bolsa en la mano.
-Estos cinco meses han sido… alucinantes, quiero que siempre sea así- Le dijo el mientras le miraba fijamente a los ojos.- Espero que esto no acabe, te he comprado esto
Le ofreció una pequeña caja que Helen acepto tímidamente. La abrió y se quedó sin palabras, una cadena de plata, con un pequeño corazón colgando, abrió el corazón y ponía sus nombres con el primer día en el que se vieron y el día en el que empezaron a salir.
Helen le dijo que se acercara y le robo un tímido beso.
-Muchas gracias me encanta. Esto es para ti, espero que te guste.
Luis abrió el regalo, un reloj deportivo, por la parte trasera se podía leer una inscripción: “You and I Forever”. Luis hizo lo mismo que Helen y le robo otro pequeño beso. Al acabar la cena pagaron la cuenta, antes de irse Luis entro al baño, Helen le siguió, comprobó que no hubiera nadie y empezó a besar con pasión a Luis. Nadie entro al baño,  a los treinta minutos los dos salieron de este cogidos de la mano y con una tímida sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario